No, el título de esta entrada no es el nombre de ninguna vía. Por desgracia, tiene una causa menos agradable.
Como los seguidores de este blog ya sabrán, hace unos años nos desmontaron tres vías nuevas que habíamos abierto en Cienfuens. La razón que se adujo fue que en esta zona no se podían permitir vías equipadas para disfrutar, y que el que quisiese escalar en Cienfuens tenía que aceptar la exposición y un nivel de dificultad obligado por encima de la media. Los sumos sacerdotes de la escalada crearon una comisión para redactar unas normas que reestableciesen el "orden". Vetaron la apertura de vías de escalada con nuestro estilo en determinadas zonas, e incluso el uso de paraboles a partir de una determinada altura (prohibición que ellos mismos se pasan por el arco del triunfo cuando les interesa). Todo muy democrático... Nosotros asumimos que llevábamos las de perder, porque frente a los que desmontan vías solo cabe una defensa: pagar con la misma moneda; pero nosotros nunca hemos querido ponernos a su mismo nivel. Para el que le interese saberlo, las chapas de aquellas vías nunca fueron devueltas y los que las desmontaron no dieron la cara.
Desde entonces, nosotros no hemos dejado de abrir nuevas vías y de restaurar otras antiguas. Con críticas puntuales de algunas personas, pero no hemos tenido problemas destacables; más bien al contrario. Las vías que hemos restaurado han sido siempre vías olvidadas, que no se escalaban desde hace décadas. Cuando los aperturistas estaban vivos, siempre hemos solicitado el permiso de los mismos; y en caso contrario, el de sus familiares y personas que fueron sus amigos y escalaron con ellos.
Una de nuestras últimas restauraciones fue la Vía de los Diedros en la Peña de Don Justo (Riglos). Esta vía ya ni aparecía en las últimas guías de Riglos, y solo tenía algún clavo viejo. Durante unos meses se ha repetido más que en 50 años. Pero tuvimos la mala suerte de que uno de esos "inquisidores" a los que alude el título de esta crónica, pasará por debajo de la pared, viera la línea de paraboles y diera la voz de alarma a sus amigotes. ¡Se había restaurado una vía antigua sin consultar el estilo a utilizar con los "sabios" del lugar! ¡Qué blasfemia! En menos de una semana ya la habían desmontado, sin ni siquiera avisar, y a punto se estuvo de que unos escaladores que fueron a repetirla tuvieran un accidente. En esta ocasión, al menos si que sabemos quiénes han sido los autores materiales de los hechos. Contactamos con ellos y nos dijeron que nos devolverían las chapas, pero parece que se lo han pensado mejor y ahora se han echado para atrás. No sabemos qué nueva idea se les ha cruzado en su cabeza...
Pero la cosa no acaba aquí!!! Han vuelto a crear otro "comité", que tiene por objeto establecer los criterios para restaurar vías antiguas (en Riglos y Peña Ruaba) e, incluso, decidir si algunas de las vías restauradas los últimos años deben ser desmontadas también. Para rematar la faena, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, también están poniendo en cuestión nuevas vías que hemos abierto y que dicen que pasan cerca de otras antiguas o las cruzan. Demencial, ¿verdad?
He de reconocer que nos invitaron a participar en el citado Comité, pero no aceptamos el ofrecimiento porque nos temíamos que iba a ser un tribunal inquisidor, donde casi todos los jueces irían contra uno. Y no nos equivocamos... La comisión está formada por un grupo de personas con intereses variopintos, que van desde la envidia al afán de protagonismo, pasando por alguno con alguna espina clavada de episodios anteriores. Estoy seguro de que también hay en ese comité gente que pasaba por allí y/o que van con buenas intenciones, pero tengo la impresión de que está siendo manejado por alguna/s persona/s con intereses concretos. Lo de "inquisidores" les va como anillo al dedo, porque un pequeño grupo de personas pretende juzgar e imponer su criterio a la mayoría de la comunidad escaladora. Y lo de "progres" viene a cuento de que se creen unos defensores de la libertad y de otras cosas muy bonitas, cuando no lo son.
Una reflexión muy adecuada en estos casos es ver cómo equipan estos inquisidores en Riglos y Ruaba cuando abren una vía nueva. La respuesta es contundente: las dejan equipadas completamente (o casi) con paraboles!!! Con los seguros más o menos alejados de como lo podamos hacer nosotros, pero equipadas. Entonces, ¿de qué va esto? ¿Por qué se la cogen con papel de fumar con las vías antiguas? No tienen una respuesta coherente a esta pregunta. Si de verdad quieren mantener el espíritu de aventura de los aperturistas, que se aten a la cintura con una cuerda de cáñamo, cojan un buen puñado de clavos y un martillo, se pongan unas alpargatas de cáñamo y demuestren lo valientes que son.
Una reflexión muy adecuada en estos casos es ver cómo equipan estos inquisidores en Riglos y Ruaba cuando abren una vía nueva. La respuesta es contundente: las dejan equipadas completamente (o casi) con paraboles!!! Con los seguros más o menos alejados de como lo podamos hacer nosotros, pero equipadas. Entonces, ¿de qué va esto? ¿Por qué se la cogen con papel de fumar con las vías antiguas? No tienen una respuesta coherente a esta pregunta. Si de verdad quieren mantener el espíritu de aventura de los aperturistas, que se aten a la cintura con una cuerda de cáñamo, cojan un buen puñado de clavos y un martillo, se pongan unas alpargatas de cáñamo y demuestren lo valientes que son.
Una cosa si que ya ha conseguido esta Comisión, es que nosotros ya no vamos a restaurar más vías y solo nos dedicaremos a abrir nuevos itinerarios; lejos de los gilipollas... Las restauraciones que las hagan ellos, aunque las pocas que han hecho algunos de estos exaltados han sido un fracaso, a la vista de la opinión de la gente y del número de repeticiones con las que cuentan. En Riglos, muchas de las vías que ahora están completamente equipadas y que son clásicas, se quedaron prácticamente desequipadas tras su apertura y con los años fueron mejorando su equipamiento. ¿Habría que quitar ahora seguros para dejarlas todas con el estilo que propugnan esta banda de sumos sacerdotes?
Pero que no tensen más la cuerda, porque la mayor parte de los escaladores son gente tranquila que solo quiere disfrutar de la montaña, pero como ha ocurrido en otros aspectos de la vida, todo tiene unos límites y puede llegar un momento en el que la capacidad de aguante llegue a su tope y los "inquisidores" se encuentren con la horma de su zapato.
En esta entrada del blog voy a eliminar la posibilidad de hacer comentarios, porque no quiero que esto se convierta en una pelea que no lleve a ninguna parte. Además, es un medio de difusión particular y lo gestionamos como nos parece oportuno.
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