Hace casi cinco años que comenzamos nuestra aventura como equipadores de vías, y tres años y medio que lanzamos este blog. Ha sido una etapa con momentos buenos y con momentos malos, de palabras de agradecimiento y de insultos; en fin, de alegrías y penas. Pero aquí seguimos y seguiremos mientras nos apetezca. No somos inmunes a las críticas, pero seguimos con ánimo.
Me ha sorprendido que mi anterior entrada en este blog, titulada "Inquisidores progres", haya sido una de las más visitadas hasta ahora, con bastantes miles de lecturas. Y también ha sido una grata sorpresa la gran cantidad de apoyos que he recibido personalmente de escaladores de todo tipo y procedencia. Y es ese apoyo de personas anónimas que siento detrás, lo que me anima a seguir expresando mis opiniones por escrito. Algunos amigos me dicen que no "entre al trapo", que lo mejor es no hacer caso a las críticas y seguir a lo nuestro, porque irritar a las "bestias" nunca sabes cómo puede acabar... Pero para esto yo debo ser muy "maño" y no quiero que la opinión de una mayoría silenciosa, que solo busca disfrutar de la escalada, quede oculta por las maniobras y ataques de algunos individuos. Como suele pasar en muchas facetas de la vida, los que más gritan y se hacen notar no representan a la mayoría.
Hoy en día, cuando te planteas abrir o restaurar una vía, hay que tener mucho cuidado para no crearte problemas:
Si se trata de una vía nueva, lo primero es enterarse de si la zona se la han apropiado ya escaladores que practican un estilo diferente de aseguramiento. Estas personas son las que representan el orgullo, la vanidad, la soberbia y el narcisismo. Si no te andas con cuidado, la vía tiene los días contados. Bueno, realmente no es así del todo, porque seguro que luego alguno aprovecha tu trabajo previo de elección de itinerario, limpieza y algún seguro de los que colocaste, para escalar ese mismo itinerario (ya sea manteniendo el nombre que tu pusiste o cambiándolo) y decir que se podía subir por allí sin colocar tantos seguros. Eso ya lo sabíamos todos... También hay gente que escala vías de de octavo grado sin cuerdas...
Cuando se trata de restaurar una vía antigua, es cuando la cosa se complica más. Aunque tengas el permiso de los aperturistas, o de su familia y antiguos compañeros de escalada (en el caso de que hubieran fallecido), lo tienes crudo... Aquí es donde entran en acción los que yo llamaba "inquisidores progres". Son un grupo de gente, que se creen los salvadores de la historia, que deben aprobar tu proyecto y la forma de llevarlo a cabo. Da igual que fuera una vía "cutre", con mala roca y olvidada desde hace décadas; ahora será considerada "patrimonio de la humanidad" y su restauración será algo de suma trascendencia para preservar la esencia de la escalada.
Por último, cuando abres una vía en una zona que no está en una zona reservada a los "pata negra", lo normal es solo tener que hacer frente a las críticas habituales: que si es una ferrata, que si no tienes el nivel que no te metas allí, que si se va a masificar la zona y otras lindeces peores. Pero no te fíes, porque pueden aparecer los "robachapas" y limpiarte la vía porque si... Se me olvidaba, tampoco se te ocurra cruzar o pasar cerca de algún itinerario ya existente, porque te dirán que con tu estilo estás desvirtuando la ruta antigua.
Lo que sorprende es que, a pesar de conocer nuestro estilo de equipamiento, muchos de los que lo critican son los primeros en ir a escalar nuestras vías con sus amigos y/o clientes (si, algunos guías no tienen reparo en ganarse la vida en vías que desprecian públicamente). Será que lo hacen para criticar con conocimiento de causa o ver si hemos cambiado de estilo, jajaja...
Siempre me he considerado un escalador mediocre, y llevo 40 años subiendo por las paredes como he podido. El que alguien escale un grado de dificultad más no le hace salir de ese pelotón de mediocres... Creo que los escaladores buenos de verdad son aquellos que no miran para atrás y critican lo que hacen otros. Cuando escalo una vía equipada por otras personas me puede gustar más o menos, y puedo decidir que nunca más iré a una vía abierta por esa gente, pero no insulto ni me dedico a atacarles.
Como veis, abrir o restaurar vías de escalada de forma segura y al alcance de un escalador medio, se ha convertido en una actividad muy complicada, pero aquí seguimos, a pesar de todo... Algunos deben de estar muy preocupados, porque tras haber organizado varios "comités" para atacar nuestro trabajo, de habernos despreciado, insultado y hasta denunciado, aquí seguimos...