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sábado, 27 de octubre de 2018

Aquí seguimos, a pesar de todo...

Hace casi cinco años que comenzamos nuestra aventura como equipadores de vías, y tres años y medio que lanzamos este blog. Ha sido una etapa con momentos buenos y con momentos malos, de palabras de agradecimiento y de insultos; en fin, de alegrías y penas. Pero aquí seguimos y seguiremos mientras nos apetezca. No somos inmunes a las críticas, pero seguimos con ánimo.

Me ha sorprendido que mi anterior entrada en este blog, titulada "Inquisidores progres", haya sido una de las más visitadas hasta ahora, con bastantes miles de lecturas. Y también ha sido una grata sorpresa la gran cantidad de apoyos que he recibido personalmente de escaladores de todo tipo y procedencia. Y es ese apoyo de personas anónimas que siento detrás, lo que me anima a seguir expresando mis opiniones por escrito. Algunos amigos me dicen que no "entre al trapo", que lo mejor es no hacer caso a las críticas y seguir a lo nuestro, porque irritar a las "bestias" nunca sabes cómo puede acabar... Pero para esto yo debo ser muy "maño" y no quiero que la opinión de una mayoría silenciosa, que solo busca disfrutar de la escalada, quede oculta por las maniobras y ataques de algunos individuos. Como suele pasar en muchas facetas de la vida, los que más gritan y se hacen notar no representan a la mayoría.

Hoy en día, cuando te planteas abrir o restaurar una vía, hay que tener mucho cuidado para no crearte problemas:

Si se trata de una vía nueva, lo primero es enterarse de si la zona se la han apropiado ya escaladores que practican un estilo diferente de aseguramiento. Estas personas son las que representan el orgullo, la vanidad, la soberbia y el narcisismo. Si no te andas con cuidado, la vía tiene los días contados. Bueno, realmente no es así del todo, porque seguro que luego alguno aprovecha tu trabajo previo de elección de itinerario, limpieza y algún seguro de los que colocaste, para escalar ese mismo itinerario (ya sea manteniendo el nombre que tu pusiste o cambiándolo) y decir que se podía subir por allí sin colocar tantos seguros. Eso ya lo sabíamos todos... También hay gente que escala vías de de octavo grado sin cuerdas... 

Cuando se trata de restaurar una vía antigua, es cuando la cosa se complica más. Aunque tengas el permiso de los aperturistas, o de su familia y antiguos compañeros de escalada (en el caso de que hubieran fallecido), lo tienes crudo... Aquí es donde entran en acción los que yo llamaba "inquisidores progres". Son un grupo de gente, que se creen los salvadores de la historia, que deben aprobar tu proyecto y la forma de llevarlo a cabo. Da igual que fuera una vía "cutre", con mala roca y olvidada desde hace décadas; ahora será considerada "patrimonio de la humanidad" y su restauración será algo de suma trascendencia para preservar la esencia de la escalada. 

Por último, cuando abres una vía en una zona que no está en una zona reservada a los "pata negra", lo normal es solo tener que hacer frente a las críticas habituales: que si es una ferrata, que si no tienes el nivel que no te metas allí, que si se va a masificar la zona y otras lindeces peores. Pero no te fíes, porque pueden aparecer los "robachapas" y limpiarte la vía porque si... Se me olvidaba, tampoco se te ocurra cruzar o pasar cerca de algún itinerario ya existente, porque te dirán que con tu estilo estás desvirtuando la ruta antigua.

Lo que sorprende es que, a pesar de conocer nuestro estilo de equipamiento, muchos de los que lo critican son los primeros en ir a escalar nuestras vías con sus amigos y/o clientes (si, algunos guías no tienen reparo en ganarse la vida en vías que desprecian públicamente). Será que lo hacen para criticar con conocimiento de causa o ver si hemos cambiado de estilo, jajaja...

Siempre me he considerado un escalador mediocre, y llevo 40 años subiendo por las paredes como he podido. El que alguien escale un grado de dificultad más no le hace salir de ese pelotón de mediocres... Creo que los escaladores buenos de verdad son aquellos que no miran para atrás y critican lo que hacen otros. Cuando escalo una vía equipada por otras personas me puede gustar más o menos, y puedo decidir que nunca más iré a una vía abierta por esa gente, pero no insulto ni me dedico a atacarles.

Como veis, abrir o restaurar vías de escalada de forma segura y al alcance de un escalador medio, se ha convertido en una actividad muy complicada, pero aquí seguimos, a pesar de todo... Algunos deben de estar muy preocupados, porque tras haber organizado varios "comités" para atacar nuestro trabajo, de habernos despreciado, insultado y hasta denunciado, aquí seguimos...

miércoles, 10 de octubre de 2018

Inquisidores "progres"

No, el título de esta entrada no es el nombre de ninguna vía. Por desgracia, tiene una causa menos agradable.

Como los seguidores de este blog ya sabrán, hace unos años nos desmontaron tres vías nuevas que habíamos abierto en Cienfuens. La razón que se adujo fue que en esta zona no se podían permitir vías equipadas para disfrutar, y que el que quisiese escalar en Cienfuens tenía que aceptar la exposición y un nivel de dificultad obligado por encima de la media. Los sumos sacerdotes de la escalada crearon una comisión para redactar unas normas que reestableciesen el "orden". Vetaron la apertura de vías de escalada con nuestro estilo en determinadas zonas, e incluso el uso de paraboles a partir de una determinada altura (prohibición que ellos mismos se pasan por el arco del triunfo cuando les interesa). Todo muy democrático... Nosotros asumimos que llevábamos las de perder, porque frente a los que desmontan vías solo cabe una defensa: pagar con la misma moneda; pero nosotros nunca hemos querido ponernos a su mismo nivel. Para el que le interese saberlo, las chapas de aquellas vías nunca fueron devueltas y los que las desmontaron no dieron la cara. 

Desde entonces, nosotros no hemos dejado de abrir nuevas vías y de restaurar otras antiguas. Con críticas puntuales de algunas personas, pero no hemos tenido problemas destacables; más bien al contrario. Las vías que hemos restaurado han sido siempre vías olvidadas, que no se escalaban desde hace décadas. Cuando los aperturistas estaban vivos, siempre hemos solicitado el permiso de los mismos; y en caso contrario, el de sus familiares y personas que fueron sus amigos y escalaron con ellos.

Una de nuestras últimas restauraciones fue la Vía de los Diedros en la Peña de Don Justo (Riglos). Esta vía ya ni aparecía en las últimas guías de Riglos, y solo tenía algún clavo viejo. Durante unos meses se ha repetido más que en 50 años. Pero tuvimos la mala suerte de que uno de esos "inquisidores" a los que alude el título de esta crónica, pasará por debajo de la pared, viera la línea de paraboles y diera la voz de alarma a sus amigotes. ¡Se había restaurado una vía antigua sin consultar el estilo a utilizar con los "sabios" del lugar! ¡Qué blasfemia! En menos de una semana ya la habían desmontado, sin ni siquiera avisar, y a punto se estuvo de que unos escaladores que fueron a repetirla tuvieran un accidente. En esta ocasión, al menos si que sabemos quiénes han sido los autores materiales de los hechos. Contactamos con ellos y nos dijeron que nos devolverían las chapas, pero parece que se lo han pensado mejor y ahora se han echado para atrás. No sabemos qué nueva idea se les ha cruzado en su cabeza...

Pero la cosa no acaba aquí!!! Han vuelto a crear otro "comité", que tiene por objeto establecer los criterios para restaurar vías antiguas (en Riglos y Peña Ruaba) e, incluso, decidir si algunas de las vías restauradas los últimos años deben ser desmontadas también. Para rematar la faena, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, también están poniendo en cuestión nuevas vías que hemos abierto y que dicen que pasan cerca de otras antiguas o las cruzan. Demencial, ¿verdad?

He de reconocer que nos invitaron a participar en el citado Comité, pero no aceptamos el ofrecimiento porque nos temíamos que iba a ser un tribunal inquisidor, donde casi todos los jueces irían contra uno. Y no nos equivocamos... La comisión está formada por un grupo de personas con intereses variopintos, que van desde la envidia al afán de protagonismo, pasando por alguno con alguna espina clavada de episodios anteriores. Estoy seguro de que también hay en ese comité gente que pasaba por allí y/o que van con buenas intenciones, pero tengo la impresión de que está siendo manejado por alguna/s persona/s con intereses concretos. Lo de "inquisidores" les va como anillo al dedo, porque un pequeño grupo de personas pretende juzgar e imponer su criterio a la mayoría de la comunidad escaladora. Y lo de "progres" viene a cuento de que se creen unos defensores de la libertad y de otras cosas muy bonitas, cuando no lo son.

Una reflexión muy adecuada en estos casos es ver cómo equipan estos inquisidores en Riglos y Ruaba cuando abren una vía nueva. La respuesta es contundente: las dejan equipadas completamente (o casi) con paraboles!!! Con los seguros más o menos alejados de como lo podamos hacer nosotros, pero equipadas. Entonces, ¿de qué va esto? ¿Por qué se la cogen con papel de fumar con las vías antiguas? No tienen una respuesta coherente a esta pregunta. Si de verdad quieren mantener el espíritu de aventura de los aperturistas, que se aten a la cintura con una cuerda de cáñamo, cojan un buen puñado de clavos y un martillo, se pongan unas alpargatas de cáñamo y demuestren lo valientes que son.

Una cosa si que ya ha conseguido esta Comisión, es que nosotros ya no vamos a restaurar más vías y solo nos dedicaremos a abrir nuevos itinerarios; lejos de los gilipollas... Las restauraciones que las hagan ellos, aunque las pocas que han hecho algunos de estos exaltados han sido un fracaso, a la vista de la opinión de la gente y del número de repeticiones con las que cuentan. En Riglos, muchas de las vías que ahora están completamente equipadas y que son clásicas, se quedaron prácticamente desequipadas tras su apertura y con los años fueron mejorando su equipamiento. ¿Habría que quitar ahora seguros para dejarlas todas con el estilo que propugnan esta banda de sumos sacerdotes?

Pero que no tensen más la cuerda, porque la mayor parte de los escaladores son gente tranquila que solo quiere disfrutar de la montaña, pero como ha ocurrido en otros aspectos de la vida, todo tiene unos límites y puede llegar un momento en el que la capacidad de aguante llegue a su tope y los "inquisidores" se encuentren con la horma de su zapato.

En esta entrada del blog voy a eliminar la posibilidad de hacer comentarios, porque no quiero que esto se convierta en una pelea que no lleve a ninguna parte. Además, es un medio de difusión particular y lo gestionamos como nos parece oportuno.