Hace ya un tiempo, nos planteamos la posibilidad de restaurar la que creo fue la primera vía de escalada abierta en Peña Ruaba: El "Gran Diedro". Este impresionante itinerario fue abierto en el año 1961 por J. A. Bescós y R. Montaner. A mi siempre me ha fascinado su vista cuando vas por la carretera desde el Pantano de la Peña hacia Murillo de Gállego. Orientado al NE, es un lugar sombrío, especialmente en el invierno, y cuenta con pocas ascensiones (probablemente ninguna en las últimas décadas). Hablamos del tema con J. A. Bescós y nos dio su aprobación. Hicimos un reconocimiento de la vía y el panorama nos pareció desalentador: roca mala, liquen, vegetación... Aún dedicando mucho esfuerzo, no vimos claro que pudiese quedar una vía atractiva. Decidimos abandonar el proyecto; pero vimos que por los muros de la derecha del Diedro podría ser factible abrir una vía nueva, y nos quedamos con la idea por si algún día nos animábamos.
Hace unos meses decidimos ponernos manos a la obra y ver qué salía de aquella idea. Vimos que más a la derecha de donde pensábamos empezar, había dos líneas de paraboles: una de ellas no llegaba ni a terminar un largo y la otra se dirigía en diagonal hacia la derecha. Fuimos preguntando y creemos saber quién inició esos proyectos, que estaban inacabados. Nuestra idea era ir más a la izquierda, pero queríamos evitar posibles conflictos futuros. Con tranquilidad, fuimos abriendo largo a largo, peleando con días fríos, ventosos y de roca húmeda.
El resultado es una línea directa, que se cruza con el itinerario del Gran Diedro, en el punto en el que este coge una vira para dirigirse hacia el Espolón Noreste. A partir de ese punto, nuestra vía continua muy próxima al eje del diedro, para acabar casi en la misma cima.
Itinerario de la vía punteado en azul, aprovechando una reseña del Espolón del Gállego |
El acceso se realiza por el mismo camino que lleva al Espolón del Gállego, pero al llegar al último barranco por el que se accede al pie de vía de este, continuar hacia la derecha por unas trazas de sendero que hemos señalizado con hitos.
Nuestra reseña |
Los cuatro primeros largos de la vía son los más difíciles, pero también hay que escalar en los cuatro restantes. Y cuando piensas que ya estás casi fuera, la última tirada te exige esforzarte más de lo previsto. Algún tramo del L2 y del L8 exigieron una limpieza de piedras intensa; se han saneado todo lo posible, pero hay que pasar con precaución hasta que el paso de las cordadas termine el proceso. En otros tramos nos encontraremos algo de liquen, pero si están secos no deben causarnos problemas. Gestionar bien el chapaje en los largos 1, 6 y 7, para disminuir el roce.
La bajada andando es común con las vías "Tierra de Dragones" y "Espolón del Gállego". Todas las reuniones se han dejado equipadas con anillas para poder rapelar si fuera necesario.
Es una vía que se puede hacer todo el año, si bien las épocas mejores son el otoño y la primavera. En invierno estaremos todo el rato a la sombra, pero si aprovechamos días sin viento y en los que no haya llovido recientemente, se puede hacer. En verano, creo que también da la sombra a partir de cierta hora, que va variando según los meses.
La escalada se desarrolla con un ambiente de gran pared, y yo creo que ha quedado una vía atractiva y diferente al resto de las clásicas de Peña Ruaba. Aunque está bien equipada, es aconsejable un cierto nivel para poder disfrutarla.